Ninguna empresa ha quedado al margen de la crisis del coronavirus, y mucho menos las pymes, donde aparece el fantasma de la tesorería y el caos financiero. En estos momentos más que nunca la ayuda de los consultores de empresas es cuestión de vida o muerte para las pymes.

Andamos en tiempos de cambio. Por ello, llevo varios días recapacitando con un café, intentando quebrar mi cabeza sobre cómo será el mundo tras la situación actual. El caos total normalmente no existe, ya que, bajo una situación de caos, hay otra realidad subyacente que emerge. Si algo nos ofrece esta situación es tiempo para pensar cómo serán las cosas en adelante.

Mi experiencia me dice que los cambios suelen venir como consecuencia de situaciones que normalmente nadie había previsto y que tendrán un profundo impacto, tanto en lo económico como en otros muchos aspectos de nuestras vidas. Cambios en los que nosotros, como consultores de pymes, ya estamos tomando un papel activo, con el análisis y puesta en marcha de planes de contingencias.

De hecho, está todavía pendiente de confirmar si podremos volver sin más a la situación anterior. Los cambios bruscos no son algo nuevo, de hecho, resultan numerosos en la historia —como por ejemplo pasó con la epidemia de la peste de Justiniano, la del año 1348 o con la explosión del volcán Tambora, que llevó al año sin invierno de 1816— y, créeme, de historia sé algo.

Ante situaciones como estas, uno se plantea qué es lo que puede hacer. Como mencionamos en este blog, las empresas ven comprometida su continuidad por la falta de liquidez con la que hacer frente a los vencimientos a corto plazo. En estos momentos de cierre total, la actividad no puede generar tesorería por medio de su explotación, lo que hace que se creen situaciones de dificultad con la llegada de vencimientos próximos. Además, otro obstáculo añadido es la existencia de gastos a los que la empresa debe afrontar, aunque no tenga actividad, un hecho que complica la tensión de la tesorería.

 

Vías para minimizar los problemas de tesorería y caos financiero ante la COVID-19

Por lo tanto, veamos algunas recomendaciones que se pueden hacer:

Comprueba la posibilidad de adelantar el cobro de facturas que tengas pendientes. Para ello, tendrás que hablar con tus clientes o acudir a cualquier entidad bancaria que acepte un descuento bancario a cambio de adelantar el dinero. Ni que decir tiene que a los profesionales de los bancos también les gusta comer cada día, así que ten presente que te cobrarán un interés.

Valora la posibilidad de renegociar tu alquiler durante esta etapa sin actividad. Nos encontramos en una situación de fuerza mayor, lo que impide tener actividad, salvo que se pueda teletrabajar o los decretos del Gobierno permitan mantener tu actividad. Por lo tanto, no está de más que plantees esta posibilidad con tu arrendador. Si tienes una empresa seria y cumples con tus obligaciones, esta vía es una opción a explorar.

Flexibiliza tus costes laborales. Esto no siempre equivale a despedir o hacer un expediente de regulación temporal de empleo (los famosos ERTE), ya que existen otras fórmulas como reducir jornada o fomentar el teletrabajo, si la actividad a la que se dedica tu empresa lo permite. Uno de los problemas de España es que hasta hace poco se acudía al despido, frente a la reducción de jornada o frente a otras fórmulas, lo que explica la gran capacidad destructora de empleo de nuestra economía.

Aplazamiento de deudas tributarias y con la Seguridad Social para evitar que tu tesorería sea negativa. No creo que sea necesario comentar más al respecto, ya que tus gestores seguro que podrán echarte una mano en esto.

Aplazar deudas con proveedores. Esto parece fácil, pero solo se podrá llevar a cabo si vuestra empresa está acostumbrada a pagar puntualmente. Si, por el contrario, estáis en la lista negra de vuestros proveedores y para ellos que les paguéis es más difícil que buscar una aguja en un pajar, entonces hay un problema de confianza en vuestra empresa, y esta opción la veo difícil.

Renegocia los préstamos con tus entidades bancarias. Para ello, es importante que, te sientes con tu gestor personal que asignado en el banco —y también lo haga tu socio si la empresa no solo depende de ti—. Seguro que te podrá echar una mano aplazando el pago de alguna cuota para mejores momentos.

Búsqueda de financiación a largo plazo que permita capear esta situación temporal. Actualmente, han salido nuevas fuentes de financiación que sin duda te facilitarán la solución de este problema temporal. Una de las principales maneras de hacerlo es financiar las pérdidas a largo plazo, de tal modo que los beneficios futuros te hagan compensar el resultado negativo.

 

En definitiva, muchas de las cuestiones que he indicado están relacionadas con la reputación de tu negocio. Por lo tanto, aquellos que se han ganado la confianza de clientes, proveedores, empleados y demás agentes tienen muchas posibilidades de solventar este problema. ¿Quién dijo miedo? Estoy seguro de que te podemos ayudar.

En ActionProject ya estamos trabajando con muchas pymes y empresarios a reformular sus empresas ante este nuevo escenario. A través de nuestras consultorías de empresas encuentran la ayuda que necesitan para diseñar planes de contingencias y encontrar nuevas oportunidades en sus negocios. Pide tu consultoría con nosotros ahora.