Las pymes no sobreviven por arte de magia. Buceamos por los secretos que mantienen a flote a las pequeñas y medianas empresas y las hacen rentables.

 

1.    Coordinación. Se dice mucho más rápido de lo que cuesta a una empresa hacerse con ella. Pero, en serio, conviene no tomarla a la ligera. Un buen liderazgo y delegación hará que los departamentos de las pymes estén coordinados y todo fluya. De no existir podemos ir dando la bienvenida a Jumanji.

 

 2.    Liderazgo efectivo. En estos tiempos se habla mucho de los líderes, los jefes y hasta de los gestores de la felicidad. Pero estar al mando y ser líder de un proyecto es algo que va mucho más allá de ser la cara visible. Se trata de inspirar, comunicar y guiar el proyecto y al equipo. El siglo XXI no es hábitat para las pymes con liderazgos inexistentes o poco resolutivos.

 

3.    Proyecto definido. No tener una gran estructura no es excusa para prescindir de un plan de negocio (Business Plan). Porque querrás crecer, ¿no? Pues por todo esto hay que sentar unos buenos cimientos desde el principio.

 

4.    Gestión del cambio. Es fácil seguir el camino cuando no hay cambios abismales. Aunque en algún momento llegarán los desafíos estratégicos, que solo se pueden manejar con una visión global orientada a transformar la empresa hacia esa nueva etapa. Esta es una de las carencias que más detectamos en las empresas y por las que más se solicita a día de hoy el interim manager.

 

5.    Gestión directiva. ¿Cuántos directivos o altos cargos de pymes siguen sin tener claras sus metas? Quien está al mando debe conocer perfectamente cuál es su hoja de ruta para poder mirar hacia el futuro de una manera más amplia.


6.    Gestión de los flujos de trabajo. Es imposible analizar si algo va bien o mal si no se mide. El empresario necesita conocer al dedillo los procesos de trabajo y escuchar a los trabajadores para optimizar la cadena de producción.


7.    Inversión estratégica. Para ser más grande hay que invertir, pero invertir bien. No solo hablamos de dinero, también de tiempo y recursos de los que ya dispone la empresa, como los empleados. En este sentido, la inversión que encontramos en las empresas muchas veces no coincide con lo que realmente necesitan. Aquí, de nuevo, la ayuda externa de un consultor juega un papel crucial.

 

Si crees que tu empresa cojea de alguna de estas patas y a día de hoy no es realmente sostenible, no dejes que se siga tambaleando. Actúa ahora y dale la solidez que se merece.